Qué tal. Escribo hoy, viernes 21 de agosto, por vez primera en el blog, de mi viaje a las "Américas" desde el inspirador Parc Sir Wilfrid Laurier en Montreal (Canadá).
Por eso, aquí estoy, con tiempo veraniego, wifi, mesita y muy buenas vistas en el hermoso y céntrico parque, disfrutando -a la vez que tecleo estas líneas- del apacible discurrir de sus educados y alegres vecinos (de las vecinas mejor ya ni os cuento... jeje).
Dónde va para mí aquel martes 28 de julio, cuando emprendía rumbo desde la querida "Comarca" hacia la capital de España, para el jueves, volar a las lejanas tierras de Canadá.
Tengo que agradecer inmensamente la hospitalidad, complicidad, compañía y ayuda de los amigos actores Jordi y Elena en los Madrides y de Luis Druida y Oli durante mi estancia americana. Sin ellos, está claro que todo esto sería imposible.
Desde el 31 de agosto ando en "estado de shock". Sinceramente en estos 20 días el impacto visual ha sido brutal. Un no parar de experimentar nuevas sensaciones y vivencias inolvidables e irrepetibles. No en vano la peli que estamos rodando lleva por título "Living Postcard" en referencia a la frase "estamos metidos en una postal viviente" pronunciada por Luis durante nuestra estancia en Seward (Alaska).
Fue aterrizar en Montreal (Canadá) e inmediatamente, directos a New York (EEUU). Una ciudad -el "centro del universo" como la denomina Luis Druida- a la que le tenía muchas ganas... y no me decepcionó.
Fue aterrizar en Montreal (Canadá) e inmediatamente, directos a New York (EEUU). Una ciudad -el "centro del universo" como la denomina Luis Druida- a la que le tenía muchas ganas... y no me decepcionó.
Visita con reportaje fotográfico realizado por Luis Paz (Fáunicas) y grabaciones incluidas a cargo de la productora Miño Films TV por Manhattan, desde el Top of the Rock (Rockefeller Center), hasta la isla de la Libertad, pasando por Central Park, Wall Street, Brooklyn, Time Square, el World Trade Center, etc, etc.
"A cidade dos rañaceos". Mientras paseaba por las calles neoyorquinas identificaba edificios y lugares, escenas de innumerables películas que me venían a la mente, como las de King Kong, Desayuno con diamantes, West Side Story, El Padrino, Spiderman, Soy Leyenda, Los Vengadores... increíble.
Sinceramente con este viaje he visto cumplido un sueño y comprobado en primera persona que muchos de los estereotipos americanos y neoyorquinos son totalmente ciertos.
Mi idea de su cultura, que conocía a través de la gran pantalla se iba reflejando a cada paso que daba: su patriotismo, con las banderitas de EEUU izadas por todos lados, las cadenas de fast food, el autobús amarillo de Los Simpson, sus taxis, sus míticos habitantes... la obsesiva seguridad en cualquier sitio público... en definitiva, me sentía en todo momento como si fuera parte de un continuo y gran film que se estuviera rodando (... y que se grabó... jeje).
Qué decir de comer un tremendo pulpo, riquísimos calamares o arroz con bacalao, regados con un buen albariño, en el propio meollo de New York, en el restaurante El Pote Español, regentado por un gallego, don Enrique, que nos trató de forma exquisita. ¡Desde aquí, un saludo y gracias!
Sin lugar a dudas, desplegar la bandera de O Rosal o la bufanda del Atlético Novás a los pies de la Estatua de la Libertad o con el Empire State de fondo, en pleno New York, ha sido un placer y un honor, que comparto aquí con vosotros en forma de fotografías, deseando -si los astros vuelven a cuadrar- volver algún día.
¡Besos y abrazos a todos desde "el otro lado del charco"! ¡En la próxima entrada del blog nos vemos en Kodiak Island (Alaska)!
Sinceramente con este viaje he visto cumplido un sueño y comprobado en primera persona que muchos de los estereotipos americanos y neoyorquinos son totalmente ciertos.
Mi idea de su cultura, que conocía a través de la gran pantalla se iba reflejando a cada paso que daba: su patriotismo, con las banderitas de EEUU izadas por todos lados, las cadenas de fast food, el autobús amarillo de Los Simpson, sus taxis, sus míticos habitantes... la obsesiva seguridad en cualquier sitio público... en definitiva, me sentía en todo momento como si fuera parte de un continuo y gran film que se estuviera rodando (... y que se grabó... jeje).
Qué decir de comer un tremendo pulpo, riquísimos calamares o arroz con bacalao, regados con un buen albariño, en el propio meollo de New York, en el restaurante El Pote Español, regentado por un gallego, don Enrique, que nos trató de forma exquisita. ¡Desde aquí, un saludo y gracias!
Sin lugar a dudas, desplegar la bandera de O Rosal o la bufanda del Atlético Novás a los pies de la Estatua de la Libertad o con el Empire State de fondo, en pleno New York, ha sido un placer y un honor, que comparto aquí con vosotros en forma de fotografías, deseando -si los astros vuelven a cuadrar- volver algún día.
¡Besos y abrazos a todos desde "el otro lado del charco"! ¡En la próxima entrada del blog nos vemos en Kodiak Island (Alaska)!