miércoles, 28 de mayo de 2008

LOS MOLINOS DE FOLÓN Y PICÓN EN LA VILLA DE O ROSAL. SU RUTA, SU HISTORIA

El conjunto histórico-etnográfico de los Molinos de Folón y Picón se halla en el monte denominado “Campo do Couto”, en la apacible y fértil villa de O Rosal (Pontevedra). Este complejo industrial lo forman 67 molinos hidráulicos. Divididos en dos vertientes (36 molinos por el Folón y 31 por el Picón) su disposición resulta un encuadre único en el mundo. Los 22 molinos del sector superior del Folón, construidos en forma de escalera para aprovechar el paso del agua de unos a otros y aumentar su fuerza motriz, es sin duda un majestuoso y agradable impacto visual.
Los Molinos de Folón y Picón fueron declarados en 1998 por la Xunta de Galicia, Bien de Interés Cultural (BIC), concediéndosele el Premio Agader al embellecimiento del medio rural en el año 2003. Recientemente la Federación Gallega de Montañismo, ha homologado su ruta de senderismo con el nombre de PR-G 94.
Se aprecia, por lo tanto, con el paso de los años, una progresiva afluencia en cuanto al número de visitantes que deciden acercarse a contemplar in situ este –de aquélla- “polígono industrial” y ahora punto de referencia turístico en la comarca del Bajo Miño.
Quien opte por un turismo alternativo al sol-playa, sin duda disfrutará de un placentero paseo por la naturaleza, sumergiéndose a su vez, en las profundas raíces históricas gallegas.
En verdad, el recorrido por estos molinos de los siglos XVII-XVIII resulta extraordinario, en un marco de incomparable belleza, en pleno Valle de O Rosal, oteando desde lo más alto la desembocadura del río Miño, el monte de Santa Tecla, el país vecino Portugal…
Construidos por los vecinos más pudientes del lugar –y como históricamente hemos podido comprobar- sin dependen
cia alguna de los monjes del monasterio cisterciense de Santa María de Oia. Los Molinos de Folón y Picón se convirtieron en aquellos tiempos en un singular punto de encuentro de los habitantes de la zona. El duro trabajo que ocasionaban estos molinos (muíños en gallego) -pero indispensable sustento para el consumo humano y animal- y sus largos procesos de molienda, dieron lugar al baile folclórico gallego más conocido: la “muiñeira”.
Desde el Ayuntamiento de O Rosal y también por mi parte, se ofrece la posibilidad de realizar rutas guiadas de senderismo por los molinos. La ruta, que es circular (se puede iniciar tanto en dirección Folón como Picón) tiene una distancia de 3’5 km, con un tiempo de realización de 1’30 – 2 horas.
En primer lugar, para los que se decidan por esta opción y si hay suficiente fuerza de agua, se hace una demostración de molienda en el primer molino de O Folón (Muíño das Laxes), acondicionado a la vez como Oficina de Información Turística.
Después de admirar la conversión del maíz en harina, se procede, normalmente a comenzar la subida por la vertiente de Folón. Se le recuerda a los visitantes que estos molinos están cedidos por sus propietarios durante 25 años al Ayuntamiento de O Rosal para explotación turística.
La llegada del maíz americano a Galicia en los siglos XVI-XVII fue la causa fundamental de la construcción de tanto molino (sólo en el municipio rosaleño, a parte del conjunto de Folón-Picón, existen inventariados cerca de 100).
Una característica fundamental en la mayoría de los molinos es que muestran diferentes grabados, tanto en la parte exterior (fachada, jambas, dinteles) como en la interior (en las ruedas de moler, paredes…) Así, cruces (para ahuyentar a las “meigas”, para proteger la molienda), iniciales de apellidos, de nombres de propietarios o fechas las observaremos a lo largo de todo el recorrido.
Precisamente el molino más antiguo con fecha inscrita es de 1715, siendo el número 16 de Folón, lugar donde comenzaremos la ascensión por la “carreira” o “ringleira” de Martín (disposición de molinos en forma de escalera). Terminaremos nuestro recorrido por Folón subiendo por la otra “carreira”, la de “A Cereixeira”. Una vez arriba, en lo más alto, tendremos –y lo reiteramos- un espectáculo grandioso, una excepcional panorámica cara Portugal y la desembocadura del Miño.
Antes de empezar el descenso por Picón, nos detenemos en los cinco artefactos molineros del Nivel, para observar allí una piedra, clave a la hora de zanjar el conflicto entre los vecinos (de Folón y Picón) por el control y la distribución del agua. Consta de cuatro agujeros por donde se bifurca esa agua en cantidades iguales para el regadío y los molinos tanto de Folón como de Picón.
Tenemos que recordar que durante toda la ruta se pueden admirar estupendas pozas y bellas cascadas naturales, con puentes de madera construidos recientemente y de forma estratégica para acceder a determinados puntos del recorrido.
Bajando ya por la vertiente de Picón, observamos la otra serie de molinos, rodeada por el “Camiño dos frades” (el antiguo camino por donde accedían los monjes de Santa María de Oia para llegar a su monasterio) o también denominado “Camiño do Carro”, es decir, el camino por donde subían los carros para transportar tanto el tojo, el maíz o la harina. Por tal motivo, se pueden ver claramente las impresionantes huellas-surcos que con el paso del tiempo dejaron aquellas ruedas. Cada 11 de noviembre discurre por esta vía, por lo tanto inmediata a los molinos, la romería de San Martiño, con capilla en el citado Campo do Couto.
Una ruta que sin duda, para los amantes de la naturaleza y el senderismo, de la historia y la cultura populares no les defraudará. Es más, nos atreveríamos a decir que los Molinos de Folón y Picón, en verdad, les conquistarán.
Juan Ramón Martínez Barbosa ©.
Artigo en castelán extraído da revista En el Punto de A Guarda, publicación de carácter turístico, que se distribúe a nivel internacional.